Dar el último adiós a esa persona querida en Estados Unidos es un gasto muy grande.
Repatriar el cuerpo a su país de origen es una medida humana, cariñosa y también, mucho más barata.
El último adiós a una persona puede significar dolor y un elevado gasto. Morir cuesta caro. De hecho, es probablemente uno de los gastos más grandes que tendremos que hacer en nuestra vida. Y bien lo sabe la estilista Gina Kure, quien el pasado 3 de octubre vivió la triste experiencia de perder a su padre. Ella comenta que “su entierro nos costó más de 12 ,000 dólares. En el funeral gastamos como 5,000 y luego, en el cementerio, alrededor de 7,500 más”, explica.
Es que si bien a la hora de escoger un servicio fúnebre existen distintas opciones de precio, la realidad es que estos son muy elevados. Jessica Koth, relacionista pública de la Asociación Nacional de Directores de Funerarias, explica que “el valor nacional promedio de un funeral es de $6,560 con ceremonia y ataúd. Si a esto se le agrega una bóveda, que generalmente es requerida por los cementerios, el precio asciende a los 7,755 dólares”.
Además de lidiar con el intenso dolor que se siente al perder a un ser querido, hay que preocuparse del desembolso monetario que implica darle una despedida digna y, lamentablemente, hoy en día eso no resulta nada barato. A modo de ejemplo, solo un ataúd puede oscilar entre 1,000 dólares, el más económico, hasta más de 10,000, si es que se desea uno con incrustaciones de bronce o cobre. También, hay que considerar la contratación de una casa funeraria. Generalmente, estas tienen paquetes que incluyen varios puntos, como los servicios de un director de funeral (que se encarga de llenar los documentos legales y de asistir a la familia del fallecido), vestimenta, velorio y ceremonia, todo por un valor de entre 3,000 a 6,000 dólares, despendiendo de la funeraria que se escoja.
Si se quieren añadir algunos extras como maquillaje para el difunto, libro de condolencias, flores y traslado del cuerpo hacia el cementerio, entre otros, la tarifa total puede sobrepasar los 8,000 dólares.
A eso, hay que sumarle el pago del cementerio en el cual descansará la persona. En estos lugares también es aconsejable comprar un plan que incluya varias prestaciones, pues si se adquieren por separado; solo la tumba puede alcanzar un valor que varía entre 900 y 5,000 dólares, dependiendo de su ubicación y del tipo de lápida que se seleccione, entre otros elementos.
Opciones más económicas
Según la Comisión Federal para el Consumidor, se calcula que cada año se realizan dos millones de funerales en Estados Unidos. Y aunque a muchos no les gusta pensar en el momento en que dejarán este mundo, a veces es mejor planificar por adelantado. Por eso, en algunos casos es recomendable comprar un plan prepagado mensual, ya que además de ahorrar dinero, en el momento en que se produzca un deceso la familia del afectado no tendrá que tomar decisiones apresuradas en medio del dolor.
Otra alternativa a un servicio convencional es la cremación. En este sentido, Jessica Koth señala que “en la actualidad, el 36.86% de las personas que fallecen son cremadas. Esta opción puede ser menos costosa que un funeral pues la gran diferencia la hacen los costos relacionados con el cementerio, como el valor de la tumba y la cuota que se debe pagar por la sepultura”.
Al igual que lo que sucede con los funerales, también hay distintas tarifas. Una de las más baratas es la cremación directa o básica, cuyo costo puede comenzar en los 600 dólares.
Repatriación de cuerpos
Ya sea por motivos emocionales o por otras razones, en muchos casos los hispanos inmigrantes deseamos que nuestro familiar tenga descanso eterno en su país de origen. Como la repatriación de los restos a veces puede convertirse en una alternativa demasiado cara, es aconsejable preguntar en las oficinas consulares respectivas para ver qué tipo de apoyo se puede obtener.
En el consulado de México en San Francisco, por ejemplo, sí existe un tipo de asistencia financiera en estos casos. Gabriela Márdero, agregada de prensa en el consulado mexicano de San Francisco, cuenta que “por lo general, se otorga apoyo económico a los familiares de los connacionales fallecidos en el extranjero que se encuentren en situación de pobreza y que, por tal motivo, no cuenten con los recursos suficientes para cubrir el costo de los servicios funerarios y el traslado de los restos a México. El programa solo cubre gastos por el envío del cuerpo o por cremación, pero no en caso de que la persona sea enterrada en Estados Unidos”. Para adquirir dicha ayuda, Márdero añade que el primer paso es “contactar al consulado de México correspondiente al área donde vive. Este, además de entregar asesoría, proporcionará una lista de funerarias que cuentan con experiencia en los trámites de trasporte de cuerpos a México bajo el menor costo”. Por último, puntualiza que aunque no se califique para la asistencia monetaria, “en todos los casos se brindará orientación y conexión con otras agencias que otorguen apoyo”.
Ayuda en consulados
“Por lo general, se otorga apoyo económico a los familiares de los connacionales fallecidos en el extranjero que se encuentren en situación de pobreza”, dijo Gabriela Márdero, agregada de prensa del consulado de México en San Francisco.