¿De dónde venían antes y de dónde vienen hoy los inmigrantes en Estados Unidos?
Los últimos cincuenta años han cambiado, dramáticamente, el origen de la migración hacia los Estados Unidos, un país que ha hecho buena parte de su riqueza, justamente, por los inmigrantes y que se ha convertido en una nación multirracial con un modelo que en ocasiones funciona y en ocasiones no de integración.
Si se comparan los años 1960, 1970 y 2013 en términos de los porcentajes de inmigrantes nacidos en diferentes continentes, este rostro cambiante arroja mucha información sobre el presente y el futuro de Estados Unidos, y de buena parte del mundo. En efecto, en 1960, el porcentaje de inmigrantes a Estados Unidos provenientes de cada región correspondía a 9 por ciento de personas latinoamericanas y de El Caribe; 3 por ciento de Asía, 67 por ciento de Europa y el resto, 21 por ciento, de otras regiones del mundo.
En ese año, los africanos eran cerca de 0.5 por ciento, por lo cual, prácticamente, no eran significativos en términos migratorios. Para 1970, las cosas no cambiaron tan dramáticamente. Al principio de la década, los inmigrantes latinoamericanos y caribeños habían crecido hasta 19 por ciento; los asiáticos hasta 6 por ciento mientras que los europeos bajaron a 58 por ciento y se inauguraron en cuestión de migración los africanos con el uno por ciento mientras que los de otras regiones bajaron al 16 por ciento.
Sin embargo, el cambio verdaderamente dramático se da cuando se analizan los datos de 2013. Hace un par de años 52 por ciento de los inmigrantes en EE UU procedían de América Latina y El Caribe, seguido por los inmigrantes asiáticos con 27 % del total; los europeos bajaron al 13 %, mientras que los africanos subieron al 4 por ciento y los de otras regiones apenas si alcanzaron 5 por ciento.
En la actualidad, los hispanos o latinos representan ya la primera minoría étnica, con un crecimiento acelerado en tasas de población con respecto a los otros grupos de inmigrantes. Se calcula que hay 54 millones de hispanos viviendo en la legalidad en EE UU y unos 12 millones que lo hacen de manera “ilegal”.
Ahora bien, ¿cómo sienten los estadounidenses el proceso de inmigración en referencia a su país?
Si bien es cierto que en los sesenta y setenta, hasta los ochenta del siglo pasado predominaba en el país del norte una opinión negativa con respecto a los inmigrantes, poco a poco las opiniones han empezado a cambiar, sobre todo en el transcurso de las últimas dos décadas.
Para 2014, 57 % de los estadounidenses opinaron que los inmigrantes fortalecen al país a partir del arduo trabajo que realizan (muchos de ellos en actividades primarias como la agricultura), mientras que solamente 35 por ciento opina que el creciente número de inmigrantes “está amenazando los valores de Estados Unidos”.
Si se contrastan estos datos, se puede obtener una idea más o menos clara de por dónde irán las próximas campañas electorales del 2016, cuando Barack Obama deje el poder, y dónde estarán situados, cuando menos en la opinión pública, los demócratas y los republicanos.